La autoestima incluye todas las creencias y sentimientos que tenemos acerca de nosotros y afecta todo lo que hacemos en la vida, se desarrolla partir de nuestras experiencias e interacciones, éstas pueden ser positivas o negativas, pero sin duda un niño necesita más encuentros positivos que negativos para desarrollar un autoconcepto positivo.
Los niños necesitan, además, amor incondicional y confianza por parte de sus padres, un niño con una autoestima sólida es frecuentemente optimista, amistoso, cortés, dispuesto a asumir riesgos y abordar situaciones nuevas, capaz de fijarse metas, autónomo, responsable, servicial, capaz de solucionar problemas, asertivo al expresar sus opiniones, comúnmente son considerados los líderes de equipo o el mejor amigo del grupo.